Ferran Sánchez: Història. Divulgació. Docència.

Ferran Sánchez: Història. Divulgació. Docència.
"Sólo unos pocos prefieren la libertad; la mayoría de los hombres no busca más que buenos amos" (Salustio)

martes, 22 de enero de 2013

EMBAJADORES DE HOLBEIN = RENACIMIENTO.ZIP



El libro “El bazar del Renacimiento” incluye una interpretación muy interesante del cuadro “Los embajadores” que Hans Holbein pintó en 1533. Se toma de una exposición que en 1977 celebró la National Gallery de Londres para analizar a fondo la que es una de las obras de arte más famosas de su colección. Jerry Brotton considera ese cuadro la quintaesencia del Renacimiento porque simboliza el nacimiento de un tipo moderno de individualidad: reproduce de forma precisa el mundo de dos hombres del Renacimiento que sostienen la mirada del espectador con una confiada consciencia de si mismos. Pero más que esa mirada “a cámara”, llama la atención la consola que ocupa el centro de la composición y los objetos que sostiene: representan las siete artes liberales en torno a las que se organizaba la enseñanza universitaria. Tanto las materias que conformaban el trivium (gramática, lógica y retórica), como las que formaban el quadrivium (aritmética, música, geometría, astronomía), están representadas en el cuadro por el libro de aritmética, el laúd y los instrumentos científicos, pero también por el himnario, el globo terráqueo, el estuche de flautas, el cartabón y los separadores. Son las materias académicas que conformaban los studia humanitatis, con las que -como embajadores- estaban familiarizados. Y es que el conocimiento distintivo de los retratados era el uso de textos, el razonamiento lógico y la persuasión retórica. Eran “hombres nuevos”, personajes cultivados y mundanos que utilizan su formación para conseguir la fama y materializar sus ambiciones.


¿Quienes son? A la izquierda, ricamente vestido de pieles, está el comitente: se llama Jean de Dinteville, y ejercía como embajador de Francisco I ante la corte Enrique VIII. A nuestra derecha su amigo íntimo, Georges de Selve, obispo de Lavaur, envuelto en un abrigo negro de piel. Desconocemos si la pintura inmortaliza la toma de posesión del embajador recientemente nombrado ante la corte del rey Enrique, o la visita que le hace su amigo en Londres en 1533. Ambos parecen acomodados ante una consola con dos estantes sobre los que hay dispuestos varios objetos: Jerry Brotton dice que están elegidos con sumo cuidado para indicar que su posición en el mundo, sus ambiciones mundanas, están estrechamente vinculadas a su conocimiento de las disciplinas representadas por esos objetos. En la estantería inferior encontramos:


- Un globo terráqueo, con anotaciones geopolíticas como la división de Tordesillas (1494), la circunnavegación de Magallanes, el Nuevo Mundo, Britannia y Polisy, el dominio señorial de Dinteville. El globo terráqueo junto al libro de aritmética confirma la expansión del comercio y las finanzas, y -en última instancia- simboliza los viajes, exploraciones y descubrimientos geográficos que convulsionaron -entre otras cosas- la idea que Europa, cuya identidad empieza a sentirse como tal.

- El libro de aritmética que publicó en 1527 el matemático y astrónomo de la Universidad de Ingolstadt, Petrus Apianus, sirvió como manual a los mercaderes para calcular sus pérdidas y ganancias. Su presencia, en cierto modo, es un símbolo de la ascendente burguesía. Los especialistas que se han dedicado a la observación minuciosa del retrato han detectado que el libro está completamente abierto por la página “división”, no sabemos si refiriéndose a la operación matemática o a la falta de armonía religiosa y política, que estaría también simbolizada en la cuerda rota del laúd. No en vano los escritos de Georges de Selve se hicieron eco de sus inquietudes ante la reforma y el probable cisma inglés.

- Hay un libro de salmos, Geistlich Gesangbuhli de Johannnes Walther, 1524. Está abierto por 2 páginas concretas que sin embargo no son consecutivas en la obra real. A la izquierda, la traducción del primer versículo del himno Veni sancte Spiritus de Lutero; a la derecha, la introducción a la Versión abreviada de los Diez Mandamientos del mismo Lutero. La importancia de la imprenta resultó decisiva para la expansión de la Reforma, por lo que ese libro impreso nos recuerda su importancia: el invento revolucionó la creación, distribución y comprensión de la información y el conocimiento. En comparación con las copias manuscritas, los libros impresos (y con ellos las ideas de los reformadores) circularon más rápido y en mayor número.

- Al fondo se adivina un compás de punta seca (divider, en inglés) y en un extremo de la cortina, a nuestra izquierda ligeramente corrida, se deja entrever un crucifijo. Hay pues muchas referencias a la controversia religiosa del momento. No olvidemos que el cuadro se pinta en 1533: en enero de ese año, Enrique VIII se había casado, en secreto, con Ana Bolena, ya embarazada. Nos consta que Jean de Dintiville llegó pocas semanas después a Inglaterra: Francisco I quería seducir a Enrique contra Carlos V, y el rey inglés -que conoce que el Delfín, Enrique, se ha prometido con la sobrina del papa Clemente VII, Catalina de Médicis- espera conseguir la mediación del rey francés para arrancarle al papa la autorización que necesita para divorciarse de Catalina de Aragón. La gestión francesa debió funcionar, puesto que el papa accedió a nombrar a Thomas Cranmer como arzobispo de Canterbury: fue él quien, en mayo, anuló el matrimonio del rey. Para Francisco I debió ser un éxito diplomático, puesto que el agravio cometido sobre Catalina de Aragón enfriaba las relaciones de Inglaterra con Carlos V, sobrino de la reina despechada. En junio, Ana fue coronada en Westminster, y en marzo de 1534 la excomunión del rey precipita el Cisma de la Iglesia de Inglaterra.


Si los objetos de la plataforma inferior tienen que ver con asuntos mundanos cotidianos, en cambio, en el estante superior se disponen objetos que se utilizaban para el estudio de los cielos (globo celeste, brújulas, reloj de sol, calendario cilíndrico, nivel y cuadrante), así como para cuestiones más abstractas y filosóficas. El globo celeste es un instrumento astronómico que nos sitúa las constelaciones; se distingue la del cisne, anotada como "Galacia" (Gallaecia era la Galia), aunque en lugar de un cisne parece haber un gallo que ataca a un buitre (quizá una alegoría de Francia haciendo huir a sus a sus enemigos). Junto al globo celeste, una colección de relojes de sol. Los dos objetos más grandes son un cuadrante y un torquetum, instrumentos de navegación de invención árabe o judía, que permitían conocer la posición del barco o fijar -calculando la posición de los cuerpos celestes durante viajes a larga distancia- el día y la hora. Reflejan el interés de la época en comprender y dominar el mundo natural.


Por último, hay que analizar la extraña imagen oblicua que cruza la parte inferior de la obra.. A primera vista es imposible reconocer esta forma distorsionada; hace falta situarse en un ángulo para ver la imagen transforma en un cráneo perfectamente dibujado. Es un engaño de la perspectiva, muy de moda entonces, una anamorfosis que ha sido interpretada como una imagen de “vanitas”, un escalofriante recordatorio de que pese a la riqueza, el poder y el conocimiento, la muerte nos llega a todos. Otros expertos afirman, en cambio, que representa la iniciativa artística de Holbein porque -ignorando al patrón que le contrata como artesano diestro- prefiere afirmar su autonomía como artista genial que -sirviéndose de la óptica y la geometría- afirma la libertad creativa del artista moderno. Una muestra más de la expresión del genio, y del individualismo que caracterizaba el nuevo pensamiento antropocentrista, de la que ya hablé al principio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gràcies!
T'ho agafo per emprar-ho de "pròleg" dels meus temes de classe d'ESO sobre Renaixement. Com molts professors, a les classes sempre poso quadres, imatges d'escultures, films, cançons, poemes, auques, romanços de cordill o altres creacions per a introduir els temes, o per acabar-los.

Oriol.