Un espacio para el encuentro con historiadores y apasionados por la Historia. Con los que se emocionan con la polémica historiográfica, con la divulgación o la investigación. Y creen en la Historia como instrumento de compromiso social. Porque somos algo más que ratones de biblioteca o aprendices de erudito. Porque nuestro objeto de estudio son personas.
Ferran Sánchez: Història. Divulgació. Docència.
martes, 31 de diciembre de 2013
lunes, 30 de diciembre de 2013
sábado, 14 de diciembre de 2013
MAQUIAVELO, EL EX-REPUBLICANO. 500 AÑOS DE "EL PRÍNCIPE"
El
pasado día 10, hoy hace cuatro días, una conocida carta de Nicolás
Maquiavelo cumplió 500 años. El pensador florentino, en su retiro
forzado de Sant'Andrea in Perccusina, marginado por el retorno de los
Médicis al gobierno de Florencia, se dirigía a su amigo Francesco
Vettori citándole de pasada el opúsculo que estaba escribiendo. La
referencia constituye el primer testimonio del nacimiento de El
Príncipe, por lo que el departamento de Historia de la
Filosofía, Estética y filosofía de la cultura de la Universidad de
Barcelona celebró -en conmemoración- una jornada internacional muy
interesante en la que tuve ocasión de escuchar al gran experto
italiano en Maquiavelo. En tanto el florentino dejo dicho que había
querido escribir “sin palabras magníficas” y sin retórica, era
especialmente oportuno que la conferencia que abrió la jornada
llevara precisamente por título “Un Príncipe sin retórica”.
El ponente, el profesor de literatura medieval italiana Francesco Bausi, de la
Universidad de Calabria, verá traducido al español en breve su
estudio, y la verdad es que -por lo que pude escuchar- promete.
Desde el primer minuto de su ponencia, el profesor Bausi denunció cómo el nacionalismo y la consideración del personaje como humanista han “sepultado” al verdadero Maquiavelo. Hemos considerado a Nicolás un “sumo filósofo”, decía, incluso le hemos tratado de “inventor de la ciencia política” hasta el punto de convertirle en el “anticipador del pensamiento laico y libre”: hemos hecho de “El Príncipe”, en definitiva, el acta de nacimiento de la modernidad antropológica, filosófica y política, atribuyéndole, dijo el profesor Bausi, “un peso y una responsabilidad excesivas”. Urge pues, continuaba, sumergir el texto en su tiempo, y en la biografía de su autor, un fino y realista observador de la política gracias al observatorio privilegiado que le facilitaron sus años de experiencia diplomática al servicio de la república florentina. Esa es la hoja de servicios que agitaba ante los Médici cuando escribía “El Príncipe”. Decía Franceso Bausi con sorna que si, siguiendo la tradición de los “Espejos de Príncipes” escritos en el pasado, Maquiavelo les hubiera recomendado ser justos y virtuosos, nadie -conocedor de su curriculum- le hubiera tomado en serio. Y es que su opúsculo constituye un análisis realista de la política de su tiempo hecho con un estilo directo y sin “palabras ampulosas y solemnes” ni circunloquios ni sofisticadas figuras literarias; en parte porque su experiencia le había proporcionado la capacidad de analizar fríamente las situaciones, informar a sus superiores con precisión y actuar con resolución.
Dicho
de otro modo, no parece que “El Príncipe” sea un ensayo
especulativo, ni la obra de “un cultísimo erudito, un brillante
retórico o un docto filósofo académico”. Maquiavelo no es
Picco della Mirandola! Ni contratarle acrecentaba el prestigio y la
magnificencia de los Médicis, ni su compromiso con la república y
el proyecto de milicias ciudadanas hacía de él un súbdito fiable,
por lo que en 1512 fue uno de los dos únicos miembros de la
cancillería que perdió su empleo. Con el mismo pragmatismo que le
había caracterizado hasta entonces, mostró entonces sus
credenciales ante los Médicis, lo que podría no constituir ninguna
contradicción respecto a su trayectoria, puesto que quizá aspiraba
a que ellos se convirtieran en el dique que contuviera “el poder
excesivo y el miope conservadurismo de la vieja nobleza florentina”
que celebraba el final de la República. Ese nuevo papel de
intelectual orgánico, confirmado cuando las imprentas filomediceas
publican su “Arte de la guerra” (1521), explica que,
durante el efímero retorno republicano de 1527-1530, recién
fallecido él, nadie le recuerde más que como un servidor de los
Médicis. El profesor Bausi abundó en algunos ejemplos que
demuestran cómo sus amigos le habían dado la espalda.
Pintado por Rafael. Al fondo, un recordatorio de quien le protege... |
Lorenzo de Médicis, Duque de Urbino |
La obra caducó pronto, porque las circunstancias que la habían convertido en un manual de autoayuda ad hoc habían prescrito al fallecer Lorenzo en 1519. Con fino olfato, el profesor Bausi advierte que al frente de la familia Medicis quedaban dos altos prelados (el Papa León y el Cardenal Giulio), que no podían convertirse en “príncipes” de Florencia y que “tenían mucho interés en mostrar moderación en el gobierno ciudadano a la espera de que los sucesores más jóvenes dela familia -Ippolito y Alessando-, hijos respectivamente de Giuliano y Lorenzo- consiguieran la mayoría de edad”. En ese contexto, la publicación de un libro como el Príncipe, dedicado a un Médici, hubiera sido impensable y contraproducente. El libro queda guardado en el cajón y Maquiavelo, consultado por el cardenal Giulio sobre la posible reforma constitucional de Florencia, recomienda excluir para la ciudad una solución principesca e impulsar un “gobierno mixto” de tipo republicano, “que asegure la representación de todas las clases sociales y que permita a los Médici una supremacía sólo indirecta y oculta”: aunque a mi juicio el ferviente republicano vuelve aquí a aparecer, como el Guadiana, lo cierto es que Francesco Bausi responde a la Escuela de Cambridge llamando “mito” a la consideración de Maquiavelo como tal. Parece, como decía Blanca Llorca en su réplica al profesor Bausi, que -pese a combatir los anacronismos- Skinner o Pocock pecaron de lo mismo cuando relacionaron El Príncipe con el pasado del autor y ni pensaron en que su cocción pudo continuar después de 1513. Francesco Bausi apuesta por una redacción dilatada en el tiempo, fragmentaria y nada compulsiva, y unos valores menos radicales. ¿Será la obra maquiaveliana, al final, continuadora de la cultura municipal oligárquica vulgar florentina del Quattrocento?
jueves, 12 de diciembre de 2013
domingo, 8 de diciembre de 2013
viernes, 6 de diciembre de 2013
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